Villacañas es una localidad de casi 10.000 habitantes, un municipio manchego moderno, activo, vital, una localidad que sigue siendo el principal foco de producción de puertas de interior de España, con un peso creciente en su economía de un sector agroalimentario cada día más modernizado, y que a la vez ofrece al visitante todo lo que puede pedir a un destino turístico de interior.
Enclavado en plena Mancha, con fácil acceso desde diversos medios de transporte (ferrocarril o carretera), recibe a los visitantes con su campo llano, sus inmensos horizontes, sus pequeñas elevaciones de sierras y cerrillos que ondulan la llanura manchega.
Humedales
En su término abundan lagunas que son zona de invernada, paso o reproducción para muchas especies amenazadas de extinción, como el pato malvasía, el cernícalo primilla, el tarro blanco, la pagaza piconegra, la grulla, el flamenco o la canastera. La vegetación de los terrenos salinos que rodean las lagunas, cuenta con plantas únicas como las acelguillas. Las tres principales lagunas de Villacañas –Larga, Peña Hueca y Tirez[1] están incluidas en la Red Natura 2000 y suman una extensión de 500 hectáreas y están declaradas zonas ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) y LIC (Lugar de Interés Comunitario). Además, Peña Hueca y Tirez son Reservas Naturales.
En Villacañas se han encontrado yacimientos arqueológicos fechados desde la edad del bronce (principalmente el cerro de Tirez) y en su casco urbano se conservan antiguas y bellas edificaciones como la iglesia parroquial “Nuestra Señora de la Asunción” del siglo XVI, la ermita del Cristo del Coloquio del siglo XVII, o la ermita de San Gregorio Nacianceno, incluida en la Ruta Gregoriana de Castilla-La Mancha.
Ermita de San Gregorio
La ermita de San Gregorio es anterior a 1576. Ubicada a la par del camino, y nada menos que en el Camino Real, que va desde Alicante a Santiago de Compostela, así como junto al río Riansares y la Cañada Real Soriana, vía pecuaria importante de la Mesta, acoge una popular romería el segundo domingo de mayo.
Tres museos, a los que en breve se sumará un nuevo espacio arqueológico, reciben cada año la visita de varios miles de personas: el Museo del Silo, el Museo de la Tía Sandalia y el Museo Etnológico.
Los Silos
Los silos de Villacañas son casas subterráneas excavadas bajo la horizontalidad de la llanura manchega . Desde comienzos del siglo XVIII se conoce su existencia. En 1950 había 1.700 silos censados en el casco urbano de Villacañas. El silo era la casa de las familias más humildes y trabajadoras del pueblo que, nada más establecer sus relaciones de noviazgo, se compraban el "sitio"(un solar de 470 metros cuadrados) para cavar su silo, una casa sin tejado, sin vigas, sin columnas, sin tabiques. Las paredes, techos y suelos aparecen recubiertos de cal lo que hace que el sol penetre con mucha fuerza en el interior del silo para iluminar toda la casa con deslumbrante blancura. Al estar bajo tierra, la temperatura del interior es muy constante y allí se guarda el calor en el invierno y permanece un reconfortante frescor en el verano. En el Museo del Silo de Villacañas se puede experimentar la sensación única de vivir arropados por la tierra. En este museo podremos admirar las únicas casas subterráneas, excavadas bajo el suelo llano, que se pueden visitar en Europa. Los Silos de Villacañas son unas auténticas "joyas de la arquitectura popular".
Museo de la Tía Sandalia
Al igual que en el caso de los silos, del extracto social más humilde surgió una artista genial: la Tía Sandalia. La visita al museo dedicado a su obra es un espectáculo para los sentidos, ya que la atmósfera que desprenden sus obras va más allá del disfrute a través de la vista, para convertirse en una experiencia única. Sandalia Simón Fernández (Villacañas 1902-1987) fue una artista en estado puro. Nunca supo leer ni escribir pero estaba dotada de una clarividente memoria y, desde muy temprana edad, sintió la necesidad vital de expresar su profundo sentimiento religioso mediante el arte, el cual realizaba guiada por su intuición. La tía Sandalia, humilde, pobre, prefiere emplear sus escasos ahorros en comprar materiales (pintura o yeso) para realizar su obra. Durante más de cuarenta años de afanosa creación artística llegó a decorar tres habitaciones del silo en el que vivía con imágenes de figuras sagradas en escultura y pintura sobre óleo y al fresco en paredes y techos. Nunca consintió en vender ninguna de sus obras, las exponía para su propio disfrute y el de aquellos que se acercaban a su casa para admirarlas y seguir las explicaciones que ella daba sobre lo que representaban. En el museo se pueden contemplar 66 esculturas, 4 relieves y 26 lienzos que conforman un gran cosmos figurativo inundado de significaciones y con rasgos impresionistas e ingenuos por donde fluye, libre, el grandioso espíritu de la artista. La Casa Museo de la Tía Sandalia es uno de los lugares que jamás dejan impasible al que los visita, adentrarse en él es llegar a un recinto de arte puro, sin vicios técnicos ni traducción académica. El Museo de la Tía Sandalia es uno de los más destacados museos de arte popular español.
Villacañas ofrece también una importante oferta gastronómica, de raíz típicamente manchega. Es el caso de las cada día más valoradas gachas manchegas, cuyo ingrediente principal es la harina de almortas. Platos típicos de la zona son también las migas, el asadillo y el pisto manchegos, o el mojete, comida que se preparaba especialmente en el campo. Famosos son también los dulces de la tierra, en especial los que se elaboran en torno a las fiestas navideñas, así como la producción de excelente aceite y vino, elaborado bajo la denominación de origen “La Mancha”.
Y esto es sólo el principio. Cada visita a Villacañas se convertirá en una historia distinta y única.
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